Felipe Antonio Pirela Morón, (Maracaibo, 4 de septiembre de 1940 - San Juan de Puerto Rico, 2 de julio de 1972) más conocido como Felipe Pirela fue un cantante venezolano, conocido como "El Bolerista de América".
Bautizado como Felipe Antonio Pirela Morón, fue el octavo de los hijos del matrimonio conformado por Felipe Pirela Monsalve quien era albañil y Lucía Morón de Pirela, quien era ama de casa y comerciante, además de aficionada a las expresiones artísticas. Desde niño, el futuro intérprete ya mostraba interés en el canto siendo apoyado por su madre tanto en el aprendizaje musical, como en sus primeras actuaciones en radio. De hecho, a los 13 años de edad, junto a dos de sus hermanos y vecinos del barrio marabino El Empedrao, conforma la agrupación Los Happy Boys que tocaba en diversos locales de Maracaibo boleros puestos de moda por intérpretes tales como Alfredo Sadel, Olga Guillot y el chileno Lucho Gatica.
En 1957 trabaja en los espacios radiales de una radioemisora de Maracaibo e incursiona en un espacio de aficionados en un show televisivo que entonces transmitía la televisora Radio Caracas Televisión, obteniendo el tercer lugar. El hecho de que las empresas televisoras venezolanas aun carecieran de equipos de grabación de video, impidió que sus primeras actuaciones quedaran registradas para la posteridad. Al año siguiente, es uno de los primeros artistas que actuaban en la primera televisora regional venezolana, la zuliana Ondas del Lago TV de efímera existencia. Se presenta en un espacio de aficionados con la orquesta del músico y compositor español Juan Arteta y su actuación le vale el ser contratado como parte del equipo artístico de la televisora y de la emisora de radio vinculada a ésta. Regresa a Caracas, en julio de 1958 y actúa en locales nocturnos, además de la emisora Radio Caracas Radio. Afortunadamente, estas incursiones radiales sí fueron grabadas tanto por la emisora radial, como por aficionados. Dichas grabaciones verían la luz pública en el año 2006.
Al regresar a Maracaibo, es contratado por la orquesta Los Peniques, con la cual se inicia como profesional. Sin embargo, su tránsito por esta orquesta no tuvo mayor relevancia grabando apenas dos canciones en el único álbum grabado con esta agrupación en 1960, titulado Carnaval con Los Peniques. Se comprende que no tuviera muchas oportunidades en aquella agrupación, puesto que era uno más de los cinco cantantes de esa orquesta y eso dificultaba sus posibilidades de ser tenido en cuenta.
El músico, director y arreglista dominicano Billo Frómeta, en un baile, le escuchó cantar y mostró interés por sus servicios, pues estaba reagrupando su orquesta Billo's Caracas Boys. Se cuenta que, al saber de la visita del ya afamado músico, la familia Pirela Morón preparó una comida en honor de éste pero apenas apareció en casa de esta familia, Frómeta solo anunció a Felipe Pirela su decisión de contratarlo, y luego se marchó inmediatamente. Junto al novel intérprete, fue contratado un importante grupo de músicos y otro cantante marabino llamado José Rafael "Cheo" García.
Con la orquesta Billo’s Caracas Boys, las voces de Felipe Pirela y Cheo García adquieren gran prestigio, individualmente, y en conjunto en los mosaicos (popurrís de canciones bailables) creados por Billo Frómeta. A este grupo, se uniría en 1962 otro zuliano especializado también en música bailable: Joe Urdaneta (José de la Trinidad Urdaneta).
Con esta orquesta, Felipe Pirela disfrutó de amplia popularidad, lo que hacía que en sus presentaciones se produjeran manifestaciones de grandes cantidades de público y se agotaran rápidamente las entradas a los bailes. El joven intérprete tenía ahora una legión de seguidoras importante, puesto que el bolerista más popular hasta entonces (el venezolano Alfredo Sadel) abandonaba su país natal y se dedicaba al canto operático. Tanta era la popularidad adquirida por Pirela que, en el programa de radio que tenía entonces Billo Frómeta, la mayoría de las cartas destinadas a dicho programa, eran dirigidas directamente al joven artista. Su popularidad llegó, pues, a opacar la del propio Frómeta.
Billo Frómeta, sabiendo del potencial artístico de Pirela, ideó una producción que se convetiría en el primer trabajo solista del futuro "Bolerista de América" sin separarse de la orquesta. Este álbum, titulado Canciones de ayer y hoy (1961), que reunió temas antiguos y de esa época, contó con la participación de una orquesta de cuerdas dirigida por el músico y la presencia de sus compañeros, Joe Urdaneta y Cheo García, como voces de respaldo.
La renuncia de Pirela a la orquesta se produjo después de un altercado que tuvo con Billo Frómeta, pues el músico no se había enterado de que el cantante había recibido propuestas de la disquera VELVET de Venezuela para grabar un LP y hacer presentaciones en México.1 Pirela hacía frecuentes consultas sobre este asunto a sus compañeros de orquesta, pero nada dijo a Frómeta, lo que supuso el disgusto de su parte. Esta renuncia se concreta en 1963, iniciándose así como solista. Sin embargo, años después Pirela, siendo ya un intérprete cotizado, fue contratado para cantar al lado de la orquesta Billo's Caracas Boys, en febrero de 1971.
Una vez concretada la renuncia, comienza a recibir varias ofertas, entre ellas del músico y cantante Tito Rodríguez, de las orquestas de Chucho Sanoja y Renato Capriles y de la disquera venezolana Velvet, la cual acepta. Inmediatamente se marcha a México para hacer presentaciones y grabar allí su primer álbum titulado Un Solo Camino: México con el respaldo de la orquesta del músico y compositor Jesús "Chucho" Rodríguez. Es en ese país donde Pirela, es bautizado con el seudónimo que lo inmortalizaría: El Bolerista de América.
En muy poco tiempo, Pirela se convirtió en el fenómeno musical del momento, de allí que era reclamado en los mejores escenarios de América. Comenzó sus giras a los Estados unidos, Colombia, Santo Domingo, Puerto Rico, Ecuador, Perú. En todos estos escenarios los triunfos fueron apoteósicos: la fama llovió entonces y su estatura como cantante se dejó sentir.
Venezuela había ganado prestigio internacional con sus actuaciones en el exterior.
Los premios tampoco se hicieron esperar: Ganó infinidad de premios, entre ellos el Disco de Oro que le fuera otorgado por Velvet, por haber vendido más de un millón de discos, récord sin precedentes para un cantante venezolano.
Sumido en una fuerte depresión a causa del divorcio de su esposa y de la amarga disputa por la custodia de su hija, se marcha de Venezuela y se radica en Puerto Rico, donde es asesinado el 2 de julio de 1972.
Pirela encontró la muerte cuando regresaba al Hotel Borinquen Towers, en San Juan, luego de una actuación en el centro nocturno "Molino Rojo", ubicado en Caguas. Allí había estado cantando hasta las cuatro de la madrugada, y luego estuvo acompañado por varios amigos en otro sitio de diversión.
Eran las nueve de la mañana del domingo 2 de julio cuando Felipe Pirela se desplazaba por la zona hotelera de Isla Verde, frente al Hotel Cecilia`s Place, calle La Rosa, a cuatro metros de la entrada de ese hotel y a unos 10 kilómetros de San Juan; Desde un automóvil en marcha efectuaron disparos en contra del cantante, recibiendo éste varios impactos en el cuerpo, cayendo mortalmente herido al pavimento, siendo auxiliado y trasladado al Hospital Presbiteriano en la ciudad de Santurce donde ingresó sin signos vitales debido a que uno de los proyectiles le había perforado la arteria aorta.
El cadáver fue identificado horas más tarde por Tony Chiroldes, promotor de espectáculos y por Pepita Berrío, encargada de las relaciones públicas del famoso cantante.
Diez días después del homicidio, la Policía de San Juan capturó y responsabilizó del asesinato a Luis Rosado Medina, un mafioso con un extenso prontuario delictivo, quien aseguró que había matado a Pirela porque no le había pagado los estupefacientes que le había vendido a crédito: "Pirela me debía 5 mil dólares en cocaína, por eso decidí matarlo"
Temas para recordar..