La orquesta que impone el ritmo en Venezuela: Los Melodicos de Renato Capriles





La circunstancia de que la Asociación Musical le impusiera un veto a Billo Frómeta en 1958, que lo mantuvo dos años sin poder tocar en Venezuela, no significó que permaneciera inactivo. En Cuba, donde vivió buena parte de ese lapso, se dedicó a grabar y producir discos, entre ellos para el guarachero venezolano Víctor Piñero, además de aceptar la propuesta de su amigo, el joven relacionista público y melómano Renato Capriles, para que fuese el director y arreglista de una orquesta que acababa de fundar. Hablamos de Los Melódicos, que bajo la anónima égida musical del dominicano (por la sanción sindical impuesta) irrumpe el 15 de julio de 1958, hace 60 años, aunque su primera presentación fue dos días antes.

Así lo narra el mismo Renato Capriles en el libro de Federico Pacanins Primera persona, quince perfiles de la música caraqueña del siglo XX (Edit. Banco Industrial de Venezuela, 2003):

“Estreno Los Melódicos en Radio Caracas Televisión el día 13 de julio de 1958. El éxito es inmediato. Eduardo “Kíkaro” Díaz (miembro fundador y charrasquero) ayudó a ubicar los músicos. Pepe Molina se encargó de la sección de saxos, mientras Germán Vergara le hace compañía a la estrella vocal: Víctor Piñero. Billo no tarda en separarse: va para Cuba a recuperar el liderazgo y se lleva al cantante clave, se lleva a Víctor Piñero”.

Destaca Capriles que luego de ese breve compromiso con Billo, Piñero regresa al país para grabar el primer elepé de la naciente agrupación, que ya había sido concebido totalmente, tanto en el sonido, dirección y arreglos, como en el repertorio, por el maestro quisqueyano, además de componer cuatro de los doce temas incluidos. Con el vocalista estrella participó el bolerista panameño Germán Vergara. El álbum lo editó el sello Discomoda y se tituló Estos son Los Melódicos. El éxito, de acuerdo a Renato, no se hizo esperar:

“Pego Mensaje a Juan Vicente, Por qué será, Por un dedo y Mi novia de Naiguatá. La orquesta está en primer lugar y quiero mantenerla con ideas musicales concretas: una, escoger personalmente los arreglos y los arreglistas (…); otra, mantener la formación de big band completa. Nada de combos grandes ni orquestas recortadas: voy con cinco saxos, cuatro trombones, cuatro trompetas y sección de ritmo, según el sonido de las grandes bandas de siempre”.

A partir de allí, ya caminando sola bajo la égida de Capriles, la nueva orquesta introdujo una serie de elementos distintivos, especialmente a partir de 1960, a raíz de la reaparición de la Billo’s Caracas Boys, quien se convertiría en su gran rival entre las agrupaciones bailables, aunque la camaradería entre Frómeta y su joven amigo permanecería invariable:

“Un elemento característico está en la inclusión de ritmos de moda -¿se recordará que fuimos los primeros en pegar el twist en Venezuela, a través de Teresita Martí; el pop con Cherry Navarro; o aquellos tecno merengues, tipo Papachongo de Diveana?- de allí el lema de “la orquesta que impone el ritmo en Venezuela”, resalta el director de Los Melódicos en el aludido libro de Pacanins.

Otra característica, principalísima, fue la incorporación de una cantante. “¿Quién no se acuerda de Emilita Dago?”, puntualiza Capriles al referirse a la que, sin ninguna duda, ha sido la intérprete femenina más popular de su orquesta. Nacida en Cuba y siendo una estrella en su país natal, llega a Venezuela en 1960, huyendo de la dictadura castrista, contratada por el empresario Guillermo Arenas para los carnavales de ese año en el Club Paraíso, donde la ve Renato, quien impresionado por su chispa y simpatía, además de su muy particular y jocoso estilo para acometer los ritmos bailables, no tarda en contratarla.

Fueron casi cinco años los que Emilita estuvo en Los Melódicos y su paso por la orquesta resultó contundente. Los programas radiales especializados en música tropical aún colocan constantemente su larga lista de éxitos con la agrupación -temas emblemáticos de su repertorio como Canuto, Que gente averiguá, Por un maní, El catre, El ladrón y El veneno de los hombres (a dúo con Manolo Monterrey), entre otros-. Era tan versátil, que no sólo como cantante destacó esta artista en Venezuela. En rol de animadora, junto con el Musiú Lacavalerie, condujo el sintonizado espacio de concursos de Venevisión Compre la orquesta y también tuvo su propio programa de comedias, Emilita busca un novio, en el que debutó el niño actor Orlando Urdaneta.

“Venezuela es mi segunda patria”, expresa hoy la cantante desde Miami, donde reside. “Allí recibí todo el cariño del mundo y tengo a varios de mis más grandes amigos. Puedo decir que gracias a mi paso por Los Melódicos disfruté mis mejores momentos en lo artístico. No tengo cómo agradecer tanto cariño, mi deuda de gratitud con ustedes es tremenda. Lamento mucho la situación que ahora atraviesan con esa dictadura de inspiración comunista que padecen y que espero termine pronto, pues lo que más deseo es poder regresar a visitar esa tierra que tanto quiero y a la que tanto le debo”.

Piñero dejó huella

La orquesta ha sido escuela para grandes intérpretes, así como la plataforma de otros que afianzaron prestigio y popularidad en ella. La lista de los más destacados la completan Manolo Monterrey, Rafa Galindo, Cherry Navarro, Willy Quintero, Verónica Rey, Daniel Alvarado, Teresita Martí, Argenis Carruyo, Oscar Santana, Doris Salas, Diveana, Roberto Antonio y Miguel Moly.

Entre ellos, merece mención aparte Víctor Piñero, quien perteneció a Los Melódicos en diferentes épocas. Recurrentemente se retiraba y volvía a regresar. Era como un emblema de la banda. Fue el solista de su primer disco y murió, 17 años después, el 5 de enero de 1975, luego de terminar de cantar Las pilanderas, en una actuación que realizaba con la orquesta en el Hotel Tamanaco.

Su trayectoria previa estaba llena de logros. Fue contratado por Pacho Galán para el lanzamiento del merecumbé, ritmo creación del colombiano que obtuvo gran éxito en Hispanoamérica. También fue el único venezolano en grabar con la Sonora Matancera, además de brillar en otras agrupaciones nacionales, como la Billo’s Caracas Boys, Chucho Sanoja, La Tremenda, Los Peniques y La Sonora Caracas. Es, sin duda, uno de los activos más relevantes en estos 60 años de historia de Los Melódicos.